Resumen
En este artículo, su autor aborda el enfoque de enseñanza en equipo, sus posibilidades de implementación y sus implicancias en la educación superior. Del mismo modo, comparte algunas experiencias personales al respecto y hace una invitación a los docentes a atreverse a innovar.
Palabras claves: enseñanza en equipo, enfoque colaborativo, modelos mentales, aprendizaje, innovación
Introducción
En muchas
instituciones educativas, las clases enseñadas en equipo se han convertido en
una importante innovación curricular. La enseñanza en equipo, del inglés, team teaching, parece haber encontrado
su lugar en muchos programas y disciplinas, desde cursos del sistema escolar,
pregrado hasta postgrados. Esta estrategia metodológica tiene muchas ventajas
pedagógicas e intelectuales: ayuda a crear un ambiente de aprendizaje dinámico
e interactivo y ofrece interesantes formas de modelar el pensamiento, con lo
cual se fomenta el trabajo colaborativo y la búsqueda de ideas y alianzas
intelectuales entre colegas de áreas disciplinares similares o distintas. Sin
embargo, no es un enfoque fácil de implementar, pues para innovar en educación se requiere ver más allá del aula, tener la capacidad de observar y la firme convicción que con esfuerzo, preparación y perseverancia, todo aprendizaje es posible.
No obstante, su implementación pasa, a mi juicio, por temas culturales, que muchas veces son difíciles de superar. La enseñanza en equipo es una forma distinta de ver el trabajo pedagógico. Implica co-enseñar y co-evaluar, negociar estilos de enseñanza, comprender las necesidades del otro, compartir recursos y lo más importante, estar dispuestos a aprender para mejorar la docencia, dejando de lado los egos personales y relevando los logros en equipo.
Mi primera
experiencia con la enseñanza en equipo fue en 1999, en un programa de inglés
que dirigía en Chile, en la Universidad Central, en aquella época en que me
dedicaba al área TEFL (Teaching English
as a Foreign Language). Mi apuesta fue simple: crear un ambiente de
inmersión total a través de la participación de varios profesores de inglés que
enseñaban distintos niveles en una sola sala de clases. Lo curioso fue que los
más extrañados fueron los propios docentes, pues a los estudiantes les pareció
una forma entretenida de aprender. A la larga, fue una experiencia muy gratificante y de alto impacto, tanto en el aprendizaje de los estudiantes como en el de los docentes.
Posteriormente, en otra universidad privada, volví a repetir la experiencia, con resultados comparativamente mejores que la primera vez. En esa oportunidad, pasamos por un proceso previo de entrenamiento docente, mucha planificación conjunta y altas cuotas de creatividad en la preparación de actividades dialógicas y recursos para el aprendizaje. Con mayor experiencia, durante dicho proceso discutimos diversas alternativas de enseñanza en equipo. Ahora bien, considerando las investigaciones actuales sobre aprendizaje inclusivo, cuando analizo ambas experiencias en retrospectiva, me doy cuenta que tomamos una decisión acertada, que se trató de una apuesta, tal vez, muy adelantada para la época, pero que definitivamente se tradujo en una innovación curricular en directa sintonía con la necesidad de acercar a los estudiantes al conocimiento.
Posteriormente, en otra universidad privada, volví a repetir la experiencia, con resultados comparativamente mejores que la primera vez. En esa oportunidad, pasamos por un proceso previo de entrenamiento docente, mucha planificación conjunta y altas cuotas de creatividad en la preparación de actividades dialógicas y recursos para el aprendizaje. Con mayor experiencia, durante dicho proceso discutimos diversas alternativas de enseñanza en equipo. Ahora bien, considerando las investigaciones actuales sobre aprendizaje inclusivo, cuando analizo ambas experiencias en retrospectiva, me doy cuenta que tomamos una decisión acertada, que se trató de una apuesta, tal vez, muy adelantada para la época, pero que definitivamente se tradujo en una innovación curricular en directa sintonía con la necesidad de acercar a los estudiantes al conocimiento.
Para enseñar hoy, necesitamos ser más creativos e innovadores. Necesitamos romper con los esquemas de la clase tradicional y digestiva. Cuando digo "acercar a los estudiantes al conocimiento", simplemente me estoy refiriendo a la necesidad de buscar formas de promover el aprendizaje profundo y hacer que el aprendizaje sea una experiencia realmente significativa. Por cierto, esto supone reflexionar desde la práctica, como decía el gran Donald Schön, y modificar nuestras concepciones sobre la enseñanza y el aprendizaje, teniendo como meta una enseñanza de calidad, que posibilite que los estudiantes aprendan a aprender, como una actitud de superación permanente.
En efecto,
el creciente debate sobre la calidad de la enseñanza en la educación superior,
ha llevado a las universidades a adoptar y promover mejores formas de
incrementar la experiencia de aprendizaje de los estudiantes. Se pasa de un
docente omnisciente que transmite conocimientos a discentes pasivos a un
docente facilitador y mediador con una apreciación inclusiva de sus estudiantes
como constructores de conocimientos (Biggs, 1999). En este contexto, muchas
universidades se han abierto a la posibilidad de entregar un ambiente más
constructivista y la mejor experiencia de aprendizaje para sus estudiantes. De
allí que varias hayan decidido promover el concepto de “enseñanza en equipo”, que según Wenger
& Hornyak (1999) consiste simplemente en que dos o más docentes compartan,
en algún grado, la responsabilidad de enseñar a un grupo de estudiantes.
La enseñanza
en equipo puede tener diversos significados, según sea como la abordemos. Sin
embargo, esta estrategia de enseñanza colaborativa ha funcionado de manera
exitosa en muchos contextos educativos y por largo tiempo. Al respecto, Shaplin
y Olds (1964, citados en Wenger &
Hornyak, 1999) señalan que la enseñanza en equipo es un tipo de organización
instruccional, que involucra al equipo docente y a los estudiantes asignados a
ellos, donde dos o más docentes, se responsabilizan y trabajan juntos por
todo o parte del proceso formativo del mismo grupo curso.
Desde la
perspectiva lingüística, colaborar significa trabajar como socio de otro, es
decir, trabajar en conjunto con otro para producir un producto de valor
agregado. En esencia, colaborar es un acto noble y desinteresado que caracteriza a ciertos profesionales de la educación.
En rigor, trabajar en forma colaborativa significa construir conocimientos
juntos. En este contexto, la enseñanza en equipo ofrece grandes oportunidades
para la creación conjunta para así transformar e enriquecer la práctica pedagógica.
Por tanto, se trata de un enfoque educacional proactivo que nos permite a los
docentes trabajar en forma coordinada para diagnosticar, planificar, enseñar y
evaluar académicamente a grupos cada vez más heterogéneos de estudiantes.
En otras
palabras, enseñar en equipo supone exponer a los estudiantes al conocimiento
especializado de varios docentes a la vez, facilitándoles la comprensión de
conceptos desde diversos puntos de vista. Según los especialistas, el objetivo
de la enseñanza en equipo es promover el trabajo cooperativo de docentes y
discentes, quienes se involucran en un intercambio intelectual que los beneficia a
ambos.
Como vemos,
las ventajas de la enseñanza en equipo son evidentes: se crea un ambiente
propicio para el aprendizaje, se fomenta el colaboracionismo, se mitigan los
temores al fracaso académico y se establecen mejores relaciones entre
estudiantes y docentes, en un intercambio intelectual en donde ambas partes se
benefician mutuamente. Al respecto, en un estudio sobre enseñanza en equipo en
la educación superior, Lasher y Manners (2005) sostienen que los estudiantes
de MBA, a quienes se les aplica este enfoque, alcanzan un mayor nivel de logro
en comparación con aquellos de programas similares, expuestos a la enseñanza
mono docente tradicional, concluyendo que este enfoque podría extrapolarse a
cursos nucleares para ayudar a los estudiantes a incrementar su aprendizaje y
lograr ventajas competitivas a lo largo de su carrera profesional.
Sin embargo,
para experimentar todos los beneficios
pedagógicos de la enseñanza en equipo, los docentes deben estar dispuestos al
cambio y tener la capacidad de adaptarse fácilmente a nuevos contextos y situaciones
de enseñanza-aprendizaje. En efecto, la enseñanza en equipo exige al docente
ajustar su propia planificación y estrategias de gestión de aula para satisfacer
los requerimientos curriculares del enfoque colaborativo, como componente clave
para un desarrollo profesional efectivo.
Por cierto,
la enseñanza en equipo supone un cambio cultural, una modificación de nuestros
modelos mentales, pues requiere una preparación diferente a la clase
tradicional mono-docente, en especial en lo concerniente a aspectos
organizativos de la administración de un curso.
Si está en
sus planes implementar este enfoque de enseñanza, ponga atención a los siguientes
consejos prácticos:
1.
Busque colegas
estratégicos, con quien trabaje bien;
2.
Hable con su
jefe sobre la innovación y busque apoyo institucional;
3.
Organice
sesiones de entrenamiento con sus colegas estratégicos, pues la enseñanza en
equipo supone consensuar estrategias de enseñanza;
4.
Planifique
las diversas actividades con su(s) colega(s) de manera deliberativa;
5.
Ábrase a la
posibilidad de compartir todas sus ideas y materiales;
6.
Comparta sus
necesidades formativas y auto-formativas;
7.
Informe a
sus estudiantes sobre la experiencia que desea implementar;
8.
Prepare a
sus estudiantes para la nueva experiencia;
9.
Comparta la
innovación con otros colegas de la institución;
10.
Respete la
planificación conjunta;
11.
Establezca
reglas claras de actuación y comportamiento con su(s) colega(s);
12.
Registre
evidencias de la experiencia; y
13.
Reflexione
en conjunto.
Si parte con
una actitud positiva hacia la enseñanza en equipo - al igual que en cualquier otro
aspecto del proceso formativo -, y se atreve a innovar, estoy seguro que tendrá
una experiencia muy gratificante. Y, lo mejor de todo, será una experiencia de
aprendizaje que sus estudiantes siempre valorarán muy positivamente. No olvide compartirme sus resultados ..., y ¡mucho éxito!
Finalmente, lo invito a realizar una breve encuesta. Luego de su opción, presione Vote Now.
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Referencias Bibliográficas
Biggs, J.
(1999). Teaching for quality learning at University. Buckingham: SRHE & Open
University Press.
Lasher, H. y Manners,
G. (2005). Innovative delivery of MBA Business Foundation Coursebook: Does
integrated, team teaching make a difference? Journal of College Teaching &
Learning. Recuperado el 23 de diciembre de 2012, de: http://www.google.cl/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&frm=1&source=web&cd=3&cad=rja&ved=0CEkQFjAC&url=http%3A%2F%2Fjournals.cluteonline.com%2Findex.php%2FTLC%2Farticle%2Fdownload%2F1836%2F1815&ei=tO7_UJz2KJDq0QHhroCQCg&usg=AFQjCNHOBdhaRPomjPTIhAmcEQ0kF8rvoA&sig2=bC9k6gGrn8TTU8nTfGK-nw
Wenger, M. y Hornyak,
M. (1999). Team teaching for higher level learning: A framework of professional
collaboration. Journal of Management Education
1999; 23; 311. Recuperado el 4 de enero de 2013, de: http://www.eos.ubc.ca/research/cwsei/resources/MI/Wenger,%20M.%20S.,%20&%20Hornyak,%20M.%20J.%20(1999).pdf