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Monday, July 23, 2007

La educación en América Latina y las fuentes externas a sus procesos sociales y culturales

Introducción

Los escenarios de cambio, como resultado de los procesos de globalización, la reestructuración del poder mundial, el vertiginoso avance de las tecnologías de la información y comunicación (TICs), y la acelerada masificación del uso de Internet, están alterando todos los ámbitos de la sociedad; y la educación como locus de transformaciones sociales, está resintiendo, cada día con mayor fuerza, este impacto. Se observa, por tanto un cambio de paradigma[1] en el ámbito educativo.

El presente ensayo tiene como objetivo hacer un análisis de la siguiente proposición: “La educación en América Latina es determinada por fuentes externas a sus procesos sociales y culturales”. Se aborda, por tanto, el cambio paradigmático que está afectando a la comunidad educativa de América Latina, que al paracer no ha sabido reaccionar con la formulación de políticas que pertmitan adaptarse a las transformaciones que suponen los procesos de globalización.

Para una mejor lectura y comprensión del tema, el presente ensayo se divide en los siguientes apartados: El contexto actual, Conclusión y Bibliografía.

El contexto actual

A manera de inicio, se podría señalar que pese a los esfuerzos que se realizan en la región aún persisten condiciones de indigencia, analfabetización, y distribución desigual del ingreso pues se opera bajo un modelo neoliberal que como plantea Villanueva (1995) “ha profundizado los niveles de inequidad en los niveles de ingreso, calidad del empleo y acceso a la educación” [1]. A esto se suman los desafíos propios de los procesos de globalización y revolución de las tecnologías de información y comunicación (TICs) que suponen cambios paradigmáticos en las estrategias de enseñanza y aprendizajes pues se trata de una generación de niños y jóvenes muy distinta, la llamada “Generación de la Red”, que como señala Tapscott (1998) es “excepcionalmente curiosa, segura, inteligente, centrada, capaz de adaptarse, con alta estima, y con una orientación global” [2].

Por otra parte, el sistema educativo se opera técnica y administrativamante de manera central a través de un Ministerio de Educación. Esto involucra la elaboración de políticas educativas que, por lo general, representan al gobierno de turno, y que, por tanto, no consideran la participación de la comunidad de educadores. Lo anterior es crítico para la educación pues no se recogen las experiencias de quienes están en la cotidianeidad de la praxis pedagógica.

Los aspectos indicados anteriormente están teniendo un impacto significativo en el sistema educativo de la región. Es posible observar sus efectos en los estudiantes de todos los niveles de la educación. En Chile, por ejemplo, se dan gran diferencias en los rendimientos académicos de estudiantes provenientes de escuelas públicas respectos de aquellos provenientes de colegios particulares, aunque es digno destacar los esfuerzos que se están haciendo a través del moviento las escuelas eficaces[2] como una forma de superar la carencia de recursos financieros en educación. Además se observan marcadas diferencias entre las exigencias en los requisitos de admisión establecidos por las universidades del Consejo de Rectores versus las privadas autónomas o las privadas en proceso de licenciamiento externo, con lo cual las exigencias del proceso educativo varía entre una institución y otra. Aunque existen problemas en las conductas de entrada de los alumnos como producto de sus información anterior y estratos sociales, no es menos cierto que se hacen ingentes esfuerzos por elevar la calidad de la educación que se imparte.

Siguiendo a Rivero (2000), “concretar el derecho impostergable a una educación de calidad a lo largo de toda la vida supone ahora un doble imperativo: disminuir o superar las crecientes condiciones de pobreza para mayorías nacionales y tomar en cuenta las exigencias propias de los procesos de globalización y de modernización en nuestras sociedades“ [3]. Estos amplios objetivos imponen un gran desafío a los gobiernos de la región. Se supone que una forma de superar la pobreza[3] es elevando la cobertura educativa hacia los niveles sociales más deprimidos, lo cual también supone la implementación de políticas sociales para los asentamientos humanos urbanos y rurales. Ahora bien, al parecer ha resultado más fácil adaptarse a los procesos de globalización o mundialización, lo que ha llevado a la región a asumir los patrones neoliberales provenientes de organismos como el FMI y el Banco Mundial, lo cual ha significado grandes implicancias en los derechos de los pueblos, como la educación, persistiéndose en la implementación de modelos educativos de los países del norte y olvidándose su contextualización. Según Meléndez (2007), “esta dimensión supranacional del Estado está dejando en parte vacío de contenido al Estado-Nacional tradicional. Esto significaría que gran parte de los elementos tradicionales de la soberanía nacional, están sometidos a las tensiones cada vez más fuerte de la supranacionalidad y ese es también un fenómeno al que nadie escapa” [4].

Como se puede observar, en el ámbito educacional, el panorama no es muy alentador en la región. Se ven señales de pérdida de fuerzas ideológicas como aquellas de la memorable generación del 68 en Chile, que luchaba tras una educación más participativa y democrática, como ethos de la reforma. Se ha perdido el romanticismo de la gran fuerza aglutinadora de antaño cuando profesores y alumnos luchaban codo a codo por sus ideales en pos de una mejor educación. Hacen faltan los sueños de la juventud y, como señala Ramón Martín Mateo, ex rector de la Universidad de Bilbao, los estudiantes son menos políticos y más aprendices de profesionales. Mateo (2007) señala que “a los veinte toca ser valiente y altruista, tener convicciones políticas e incluso manifestarlas de manera aparatosa, que es lo propio en un joven. La presión de los grises[4] al menos estimulaba, los jóvenes se rebelaban” [5].

Por su parte, parece que los profesores también han perdido sus ideales como transformadores sociales. Ya no se manifiestan con la misma intensidad, ya no se observa el amor dedicado a su labor, en definitiva, no se advierte la vocación que todo profesor debe tener para ejercer con propiedad su función docente. No hay que olvidar que cualquier acción pedagógica repercute necesariamente en los alumnos, por consiguiente, al tener profesores menos comprometidos se tendrán alumnos con carencias en las dimensiones cognitivas, sociocultarales e ideológicas. Hoy se aprecia una generación de estudiantes que es menos reflexiva, menos autocrítica, y menos consciente de su contribución al cambio social. Y, según plantea Mateo (2007), se trata de una generación menos política.

Lo anterior es el fruto de la falta de interes o de oportunidades de los profesores por participar más activamente en la toma de decisiones pedagógicas: implementación de metodologías activas[5], desarrollo del currículo y sistemas de evaluación. En este sentido, Díaz e Inclán (2001) son muy críticos de la realidad que los profesores enfrentan en la región y plantean que estos se han convertido en meros empleados asalariados, perdiendo su rol de agentes de transformación de la sociedad y respondiendo exclusivamente a políticas centrales. Por su parte, Giroux (1990) señala que “se observa escasa confianza en la habilidad de los profesores de la escuela pública para ejercer un liderazgo intelectual y moral a favor de la juventud de nuestra nación, por ignorar el papel que desempeñan los profesores en la formación de los estudiantes como ciudadanos críticos y activos, o bien sugieren reformas que no tienen en cuenta la inteligencia, el punto de vista y la experiencia que puedan aportar los profesores al debate en cuestión” [6]. Por lo tanto, no hay dudas que el profesor debe asumir un rol más activo en la dimensión pedagógica, para, desde allí, contribuir a mejorar las estrategias de enseñanza y aprendizaje, el currículum nacional y la co-responsabilidad del estudiante en el proceso educativo. Con ello también se contribuye a la elaboración de políticas educativas que no sólo contemplen las necesidades de la llamada mundialización[6], sino que de manera muy importanse se considere la propia realidad de la región.

Díaz e Inclán (2001) señalan que “las reformas educativas como actos de gobierno, es decir, como acciones de las cuales el Estado establece elementos para orientar las políticas de la educación, son el resultado de un proceso complejo en el que intervienen componentes internos y externos a la realidad social y educativa de un país” [7]. Estos mismos autores también ponen el acento en los agentes exógenos como la mundialización que nos está llevando a concebir una cosmovisión global de la educación y a tomar como propios estándares establecidos a partir de la mirada de países desarrollados. Por su parte, Filmus (2004), plantea que “no es posible elevar la calidad del servicio educativo promoviendo estrategias homogéneas frente a realidades sumamente heterogéneas. La posibilidad de encontrar soluciones pedagógicas a los problemas propios de cada región, ciudad o institución aparece desde esta lógica vinculada a las condiciones para tomar decisiones en el mismo nivel en que se encuentran las problemáticas a resolver” [8]. Dichos planteamientos, suponen avanzar hacia procesos de búsqueda de soluciones pedagógicas en donde se consideren los intereses regionales y los supranacionales. Con esto se podría lograr el necesario equilibrio educativo que debe existir en la región: por una parte se responde a las necesidades propias, sin perder los valores nacionales, y al mismo tiempo se avanza hacia la integración global.

Conclusión

En definitiva, la educación en América Latina enfrenta el gran desafío de ajustarse a una sociedad en permanente cambio debido a los procesos de mundialización, que han distraído la atención hacia intereses supranacionales, perdiéndose en muchos casos la identidad nacional. Las transformaciones educativas en la región deben intentar conciliar las necesidades propias con aquellas que el concierto internacional demanda.

La educación enfrenta un cambio de paradigma del cual ambos actores principales, es decir, profesores y alumnos deben tener plena conciencia. Por una parte, se pasa de un contexto nacional a uno supranacional representado por los procesos de globalización y su impacto en la educación y, por otra, la transformación en el plano cognitivo, pues se pasa de un modelo conductista a otro denominado constructivista. Estos aspectos tienen amplia incidencia en los planteamientos de estrategias de enseñanza y aprendizaje, desarrollo del currículo y sistemas de evaluación. Sin embargo, al no existir políticas educativas que reflejen las necesidades de la región ambos actores han perdido, en cierto modo, su calidad de agentes de cambio. Por consiguiente, se podría afirmar que la educación en América Latina está determinada por fuerzas externas a su realidad sociocultural y que es necesario hacer una reflexión profunda en esta materia, pues de lo contrario las fuerzas de la globalización podrían consumir a la región, con lo cual se perdería el carácter ideológico propio y sentido de participación y de identidad que todo proceso educativo debe tener.

Bibliografía

DÍAZ, A. e INCLÁN, C. El docente en las reformas educativas: Sujeto o ejecutor de proyectos ajenos. Revista Iberoamericana de Educación [en línea]. Abril 2001, no. 25. Disponible en Internet: http://www.rieoei.org/rie25a01.htm. [citado julio 6, 2007].

FILMUS, D. La educación latinoamericana: entre la transformación y el ajuste. Educar Argentina [en línea]. Junio 2005.. Disponible en Internet: http://www.educar-argentina.com.ar/JUN2005/educ45.htm. [citado julio 6, 2007].

GIROUX, H. Los profesores como intelectuales. Artículo [en línea]. 2004. Disponible en Internet: http://www.lie.upn.mx/docs/semopta/profesores.pdf. [citado julio 6, 2007].

MELÉNDEZ, M. Las reformas educacionales en América Latina. La educación en un entorno globalizado. Lectura Curso Licenciatura. Disponible en Internet: http://www.utemvirtual.cl/plataforma/aulavirtual/contenido_s_p.php?llaveid=38050. [citado julio 6, 2007].

RIVERO, J. Reforma y desigualdad educativa en América Latina. Revista Iberoamericana de Educación [en línea]. Agosto 2000, no. 23. Disponible en Internet: http://www.rieoei.org/rie23a03.htm. [citado julio 6, 2007].

TAPSCOTT, D. Growing Up Digital: The Rise of the Net Generation. Meridian en línea]. Enero 1998. Traducción de Fernando Vera. Disponible en Internet: http://www.ncsu.edu/meridian/jan98/feat_6/digital.html. [citado julio 6, 2007].

VILLANUEVA, R. La educación en la encrucijada del desarrollo. Revista Iberoamericana de Educación [en línea]. Enero 1995, no. 7. Disponible en Internet: http://www.rieoei.org/oeivirt/rie07a06.htm. [citado julio 6, 2007].

[1] En la “Estructura de las Revoluciones Científicas“, Thomas Khun define al paradigma como el conjunto de ideas que facilitan la comunicación en una comunidad.
[2] Es un movimiento que busca en las variables organizacionales la mejor comprensión de los logros académicos de los alumnos.
[3] Según estudios de la CEPAL (1999), a 1997, la pobreza urbana en América Latina compromete a más de 125 millones de personas y a 35 de cada 100 hogares, existiendo estrechas asociaciones de dicha condición con el empleo precario y el déficit de capital educativo.
[4] Con la expresión “los grises” se alude a la policía franquista.
[5] Las metodologías activas reflejan el cambio paradigmático en educación: se pasa de un modelo conductista sea otro constructivista.
[6] El profesor Soler del Departamento de Filosofía de la Universidad de Valencia señala que la “mundialización” es la tendencia natural e irreversible como fenómeno de unificación de las comunicaciones y formas de vida, entre otros, mientras que la “globalización” es un fenómeno esencialmente económico, como proceso de integración económica internacional.

Autor: Fernando Vera. MA en Ciencias de la Educación c/m en Administración y Gestión Educacional; M.A. en Docencia e Investigación Universitaria(c); actualmente participante en programa de Doctorado en Ciencias de la Educación.

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