En Chile no conozco una iniciativa similar para promover el inglés para las comunicaciones efectivas. Pude constar además la disciplina que aplican los estudiantes universitarios para aprender inglés. Mis clases eran sólo de conversación, sobre temáticas previamente planificadas y entregadas a los estudiantes para su preparación previa. Quedé muy impresionado por la rapidez de los estudiantes para adquirir la nueva lengua y para ponerla en práctica inmediata, con angloparlantes de todo el mundo.
Esta foto la tomé en Qingdao, una de las ciudades más hermosas de la Provincia de Shandong, China. En medio de la ciudad, encontré un Wall Street English Institute. Me llamó tanto la atención que saqué mi cámara y disparé. Lo impresionante es que se estudiaba inglés en una ciudad en donde me sentía como un extraterrestre (habían sólo chinos a mi alrededor). En toda mi estadía en Qingdao no me topé con ningún occidental en el centro de la ciudad, ni menos al interior de la provincia. Allí, sin embargo, conocí a mucha gente gracias a un pequeño librito sobre Confucio, que había comprado en mi estadía en Beijin. Se trataba de un librito bilingüe (chino-inglés).
Sin planificarlo, en mis días "libres" acostumbraba a llevarlo conmigo, como cualquier otro libro. Lo sorprendente para mí fue que motivó a que varias personas, especialmente jóvenes, se acercaran a mí a entablar conversación y obvio, lo hacían en inglés. Aquí estoy disfrutando de un día maravilloso, llevando a Confucio.
Puedo concluir que los jóvenes chinos, principalmente universitarios, son muy sociables y amistosos. Les gusta conversar y practicar su inglés con extranjeros. Aunque parezca muy extraño, son "muy de piel". Al menos, así puedo caracterizar a quienes conocí tanto en Beijin, Shanghai, como en Qingdao. Y, lo más importante se sienten muy motivados por Confucio, a quien consideran un maestro.