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Wednesday, October 19, 2005

Aplicaciones del Interaccionismo Simbólico en Clases de Inglés

De acuerdo al diccionario, “interacción” se define como la acción recíproca que se ejerce entre los agentes. Ubicándonos en el contexto educativo los agentes obviamente serían el docente y los alumnos. Trasladándonos al aula de clases, podemos afirmar con base a la experiencia, que la forma de interacción más ampliamente utilizada es la comunicación oral.

La comunicación es un aspecto fundamental en la vida del ser humano, a tal punto, que ha sido considerada como la necesidad más básica además de la supervivencia física (Ribeiro, 1996). Ella está presente en todos los aspectos del hombre, siendo esencial para muchas profesiones (Zacharis,1993), especialmente en la de educador.

En el proceso educativo, la comunicación constituye parte importante, primordialmente en esta época en que el sistema de instrucción para propiciar el conocimiento, necesita que surjan entre los docentes y sus alumnos, relaciones interactivas (Rietveldt, 1998). Las relaciones interactivas docente-alumno se producirán de manera favorable en la medida en que entre ellos fluya una comunicación efectiva recíproca. Por esta razón, merece especial atención la consideración de la comunicación como parte de los elementos básicos que permiten entender los procesos de interacción alumno-profesor.

Dentro de este contexto, y dado que la perspectiva interaccionista postula el carácter dialéctico del conocimiento, resulta muy apropiado para estudiar las relaciones profesor-alumno que se dan en el entorno del aula. Aquí, dicha relación se basa en el discurso no como lenguaje puro sino que como lenguaje-en-acción, o lenguaje como medio para lograr fines cognitivos, sociales u otros[1]. En particular, en el campo de la enseñanza y aprendizaje de inglés, el idioma, como discurso establece un cierto “entorno social”: aprender un idioma extranjero constituye un modo de ver el mundo y de pensar sobre él. Dado que este entorno se establece a través de la comunicación, la construcción de convenciones, la negociación de significados y la contextualización de situaciones sociales y culturales, los conocimientos lingüísticos que se adquieren (en sus dimensiones de competencia lingüística y comunicativa) dependen de las características de las situaciones de comunicación creadas en la clase.

El aprendizaje de inglés como lengua extranjera se basa en la construcción y socialización de conocimientos que establecen los alumnos a través de la mediación del profesor. Quizás, la mejor síntesis de este proceso dialéctico que se da en el aula, entre los alumnos y el profesor, la expresó Piaget, al describir los dos procesos básicos de asimilación (de lo externo en sí mismo) y de acomodación (de uno mismo a lo externo). Éste es un proceso “hermenéutico-dialéctico”, en el sentido de que es interpretativo al mismo tiempo que impulsa y estimula la comparación y el contraste entre diferentes construcciones hipotéticas de la realidad en un esfuerzo por lograr la mejor síntesis de la misma.

Así, el interaccionismo simbólico coloca el énfasis en la construcción subjetiva del conocimiento a través de la interacción, asumiendo el supuesto básico de que los procesos culturales y sociales son parte integrante de la actividad de aprendizaje.
Por lo tanto, el interaccionismo simbólico como enfoque de investigación presenta una serie de características que lo hacen apropiado para realizar estudios en el área de la educación, y, muy particularmente, como se ha señalado anteriormente, en el área de la enseñanza y aprendizaje de inglés como lengua extranjera. Más aún, dichas características tienen relación con la noción de significado, el papel del lenguaje en las relaciones humanas, la manera de entender el aprendizaje de idiomas y el papel que desempeña la negociación de significados lingüísticos.

Una parte importante de la investigación en los procesos de enseñanza-aprendizaje de inglés debe ocuparse de indagar sobre las relaciones que existen entre el profesor, los alumnos y el idioma en las clases de inglés, tratando de encontrar respuestas a cuestiones tales como: ¿cómo logra el profesor introducir reglas sintácticas?, ¿cómo maneja el profesor sus intervenciones (teacher-talk)?, ¿cómo desarrolla el alumno sus destrezas lingüísticas?, ¿cómo interactúa el alumno en trabajo de pares y grupos?, ¿cómo comprende el alumno las explicaciones e instrucciones que da el profesor en la lengua extranjera?, etc.

Para intentar responder a estas interrogantes es preciso analizar los diversos aspectos que conforman las clases de inglés: el currículo, la operalización de contenidos, recursos didácticos, métodos y estrategias, entorno de aula, actividades y temporalización de las mismas. Naturalmente, estamos hablando de un entorno “emulado” que supone la concurrencia de diversas prácticas en el aula que promuevan la comprensión e intercambio de mensajes y significados que tengan sentido para el discente. En otras palabras, nos estamos refiriendo derechamente al enfoque comunicativo[2], el cual subraya la importancia de la “interacción” entre los aprendices y la negociación de significados que ésta conlleva. Así, bajo la perspectiva interaccionista, se convierte en objeto de investigación las relaciones entre las características sociales de dichos procesos de interacción, así como los métodos y estilos de enseñanza del profesor y los propios estilos y estrategias de aprendizaje de los alumnos. Por lo tanto, el interaccionismo simbólico podría partir del supuesto que la interacción entre docentes y discentes es condición intrínseca del aprendizaje de idiomas.

Dentro de este contexto, al estudiar la forma en que los alumnos aprenden inglés, la perspectiva interaccionista debiera enfatizar los procesos sociales (interacción socio-lingüística) entre los propios alumnos y entre ellos y su profesor, ya que el desarrollo lingüístico se concibe como la comprensión personal de los alumnos a través de su participación efectiva en la negociación de significados que conllevan las actividades de práctica del idioma en el aula.

De este modo, a partir de enfoques teóricos como el de enseñanza no directiva de Carl Rogers (1975) quien concede a las relaciones interpersonales un lugar destacado para el logro del aprendizaje, así como la aparición del constructivismo, (corriente constituida por la convergencia de varios enfoques psicológicos: el psicogenético de Piaget, la teoría del aprendizaje significativo de Ausubel, la sociocultural de Vygotsky) se pone de relieve la importancia de las relaciones interpersonales profesor-alumno, fundamentada en los postulados que sostienen que el conocimiento proviene de las interacciones de los individuos.

Interacciones en la Clase de Inglés

Bajo el enfoque comunicativo, la competencia comunicativa se define como la capacidad de relacionar el significado social con el significado funcional de diferentes formas de la lengua. El usuario competente selecciona la lengua que es no sólo eficaz desde el punto de vista funcional, sino también apropiada para la situación social en que se encuentre. Las actividades de este tipo se denominan “actividades de interacción social” (Littlewood, 1996). Por lo tanto, la clase de inglés requiere de actividades que permitan tanto a los alumnos como al profesor entrar en relaciones sociales.

Lo anterior se logra en gran medida a través de actividades pre-comunicativas intensivas tendientes a desarrollar tanto las destrezas de comprensión (reading/listening) como de producción (writing/speaking). Dichas actividades permiten que los alumnos descubran, recreen y practiquen los contenidos lingüísticos de manera colaborativa a través de la asistencia del profesor en su rol de facilitador de proceso de enseñanza-aprendizaje. Cada actividad en su dimensión objeto implica un patrón de interacción distinto. Por ejemplo, cuando los alumnos realizan una actividad oral (speaking) interactúan de manera distinta que cuando se trata de una actividad escrita (writing). Según Voigt (1995), “los patrones de interacción se consideran como regularidades que son interactivamente constituidas por el profesor y los estudiantes”. Son la consecuencia de la tendencia natural a realizar las interacciones humanas más predecibles, menos arriesgadas en su organización y evolución. En otras palabras, el enfoque comunicativo implica la ocurrencia de diversos patrones de interacción social que explotan el entorno del aula como contexto social para el aprendizaje y socialización del inglés como lengua extranjera.

Siguiendo a Voigt (1985), podríamos distinguir los siguientes patrones de interacción en la clase de inglés comunicativo:

· El patrón extractivo (elicitation pattern) permite extraer fragmentos de conocimientos lingüísticos que están asociados con pequeños pasos en el razonamiento.

· El patrón de discusión (discussion pattern) permite solucionar problemas a través de las contribuciones de los grupos de trabajo.


· El patrón del embudo (funnel pattern) permite que los alumnos resuelvan un problema planteado por el profesor sin poner en juego una actividad intelectual mínimamente significativa.

Otro factor de interacción lo constituye el llamado “teacher-talk” o intervenciones del profesor, el cual tiene que ver no sólo con las tajadas de tiempo que utiliza el profesor para exponer un tema, sino también con los estilos que emplea, el vocabulario, su puesta en escena, desplazamiento, y empatía, entre otros.

Por lo tanto, desde la perspectiva cualitativa, los patrones de interacción y las intervenciones del profesor, en un contexto de enseñanza y aprendizaje de inglés como lengua extranjera, son aspectos que bien podrían ser estudiados bajo un enfoque interaccionista.

[1] En trabajos socio-lingüísticos de Dell Hymes (1974), Countney Cazden (1972) y Frederick Erickson (1977) se enfatiza la relación existente entre el lenguaje y la organización de grupos sociales y su incidencia en el desarrollo de la competencia comunicativa y en la interacción en el aula.
[2] El enfoque comunicativo postula que el aprendizaje de una lengua extranjera debe ir dirigido a la consecución de competencias comunicativas por parte de los alumnos, es decir, a la adquisición de una serie de destrezas que les permitan comunicarse con los nativos de la lengua en las situaciones más corrientes de la vida cotidiana.

Autor: Fernando Vera, Profesor de Inglés, Magíster en Investigación Educativa y Magíster en Ciencias de la Educación con Mención en Gestión Educacional. E-mail: fernando_veracl@yahoo.es

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